Utilizo la fotografía para registrar y representar la experiencia del primer empleo formal que obtuve luego de terminar mis estudios universitarios. En él, la repetición constante y continua fue moneda corriente. Todos los días, a la misma hora, pasaba por los mismos lugares y en ellos escuchaba los mismos sonidos una y otra vez. Estas piezas exponen la repetitiva cotidianidad de un día de trabajo. El registro está hecho en una de tantas fábricas en donde las jornadas se extienden hasta por catorce horas. Cada fotografía fue tomada entre enero de 2021 y marzo de 2022 y abarcan mis recorridos en autobús por las mañanas, las horas laborando en la empresa y los trayectos de regreso a casa al finalizar la jornada. La serie consta de 20 fotografías que llevan como título la hora en que cada una fue tomada.