Esta instalación está compuesta por fotografías y objetos a través de los cuales aludo al paulatino cierre de Industrias Bluz, una compañía dedicada a la producción de bebidas para abastecer comedores industriales en el sector maquilador de Monterrey. Esta empresa llegó a dar empleo a más de cien personas; sin embargo, problemas financieros, políticos y de salud pública la llevaron a reducir su planta a la mínima expresión, desmantelando su capacidad de producción y liquidando a sus trabajadores. Los empleados se desvanecen de los espacios, junto con el ideal de un negocio próspero. Las huellas que permanecen son el punto de partida para reflexionar sobre el fracaso como detonante de una nueva realidad. Recuperar estos vestigios me ha permitido sobrellevar la pérdida de mi empleo. Dejo como registro de mi participación en esta historia una propuesta artística que tal vez sea lo único que sobreviva de este modelo de negocio.