El proyecto realizado por la fotógrafa Zahara Gómez Lucini y Las Rastreadoras del Fuerte se enfoca en la desaparición forzada desde el saber culinario de un grupo de mujeres que buscan incansablemente a sus familiares, que fueron desaparecido Los Mochis, Sinaloa.

En México, la desaparición forzada ha cobrado especial relevancia: 61 637 víctimas de la compleja y violenta trama entre política y narcotráfico. Ante la incapacidad e indiferencia de las autoridades locales y federales para localizar a esas personas desaparecidas, la sociedad civil se ha organizado. Hay grupos, mayoritariamente de mujeres, que han decidido recorrer los territorios locales en busca de las víctimas. Lo que han hallado son numerosas fosas clandestinas.

Esta acción contra el olvido es a su vez una reivindicación en el ritual de cocinar; es en lo íntimo donde aparece un acto social que se organiza alrededor de las comidas, alrededor de la mesa. Momentos de encuentro y de compartir. Alimentar al otro, alimentarnos juntos. Los recuerdos de un platillo casero son parte de la memoria e identidad de una persona. Esos sabores y olores quedan registrados en ella. Así, el pozole de puerco que Yolanda le cocinaba a su hijo Roberto lleva en sí mismo el recuerdo de la relación que existió entre ellos.